Fecha: 14 de Octubre – Siervos de Dios P. Joaquín Gelada y compañeros, mártires

El testimonio martirial que tantos hermanos claretianos han dado ha de situarse en el contexto de la Guerra Civil española (1936-1939). Los PP. Joaquín Gelada e Isaac Carrascal y del Hno. Félix Barrio pertenecían a la comunidad de Castro Urdiales, en la provincia de Santander. La provincia claretiana de Castilla de entonces tenía en esta ciudad una comunidad que tutelaba el colegio Barquín del Corazón de María. Cuando estalló la revolución del 18 de julio de 1936, el alcalde de la ciudad aconsejó a los milicianos que respetasen a todas las personas, también a los claretianos. Estos siguieron en el colegio hasta el 18 de agosto. Después de esa fecha, todos los padres y hermanos del colegio se dispersaron para salvar sus vidas. Pero allí quedaron tres: los PP. Joaquín Gelada e Isaac Carrascal y el Hno. Félix Barrio.

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Obligados a abandonar el colegio, se trasladaron al Asilo del Sagrado Corazón, regentado por las religiosas Siervas de Jesús, del que eran capellanes. En el mismo Asilo los tres claretianos se fueron enterando de la suerte de sus hermanos de las comunidades de Castro Urdiales y de San Vicente de la Barquera. Varios habían sido ya fusilados. No tardando mucho, les seguirían ellos.

A media mañana del 13 de octubre de 1936 llegó un tropel de milicianos fuertemente armados, irrumpieron en el Asilo y ordenaron la entrega de los tres claretianos. Una vez detenidos fueron conducidos al convento de las Clarisas, convertido en cárcel. Esa misma noche fueron trasladados los tres a nuestro colegio donde ya les esperaba un auto que los habría de conducir desde Castro Urdiales hasta la cuesta de Jesús de Monte. En el trayecto uno de los milicianos se ensañó con uno de los padres golpeándole brutalmente. A los golpes respondió con mansedumbre: «Podéis matarme, pero yo no puedo renegar de mi Religión».

Finalizado el penoso viaje, los milicianos canjearon a los misioneros por otros presos. Los nuestros fueron asesinados por unos desconocidos cerca de Torrelavega (Santander – España) el 14 de octubre de 1936.

Al recordar a los mártires claretianos de Castro Urdiales queremos hacer memoria de su muerte como acto supremo de generosidad. Su última palabra fue de perdón hacia aquellos que les mataban y de amor a Jesús y al Corazón de María.