México. Como todas las mañanas, dimos gracias a Dios por la vida y el día que comenzamos. Hoy estuvo centrada la oración en el mandamiento del amor y la misericordia a la luz de la realidad de Haití, donde es impactante ver la falta de oportunidades del pueblo, el rechazo de quienes tienen el dinero para hacer obras allí; la extrema pobreza llega situaciones tan detestables que la gente debe comer galletas de barro para mitigar el hambre. ¡Oh Señor, suscita en nosotros la solidaridad y que no vivamos indiferentes en nuestras comodidades!
La primera sesión de trabajo estuvo centrada en la revisión del informe de secretaría ejecutiva donde se exponía claramente la tarea encomendada y realizada, y las dificultades que impidieron cumplir con algunas directrices. En plenaria se despejaron muchas dudas y se propusieron puntos a tratar para tomar las respectivas decisiones.
La mañana terminó con un efusivo aplauso a la buena labor realizada por el P. Carlos Julio Rozo, secretario ejecutivo, el P. Marco Mendes, vicepresidente y el P. Agustín Monroy, presidente en este período que culmina.
Al compartir el almuerzo, ya se empezaba por ahí a susurrar nombres y echar miradas a los posibles misioneros que podrían prestar su servicio en la animación de CICLA, eso si, todos se hacían rogar… con ciertas sonrisas…
En la tarde se empezaron a abordar y programar tareas y analizar proyectos. La pastoral vocacional tuvo su espacio privilegiado y se decidieron un encuentro por zona y otro a nivel de CICLA, desde la pedagogía del acompañamiento, los agentes y la misión compartida. Sobre la propuesta de un congreso de espiritualidad claretiana con participación de los misioneros en formación y los formadores del continente, aunque la propuesta es buena, se consideró no viable en términos económicos y el ritmo de tiempo de las distintas casas formativas, la propuesta se modificó hacia la realización de actividades conjuntas, o videoconferencias, o trabajos internos para después socializarlas en los encuentros de formandos y formadores ya programados por CICLA.
La pastoral educativa también contó con su espacio y se vio oportuna la continuación de los encuentros de claretianos educadores que se vienen realizando con éxito; el tema propuesto es “Las opciones misioneras de un centro educativo claretiano” y promover algún proyecto común. Por último se aprovechó el tiempo para el compartir e invitar a celebrar los cien años de presencia misionera claretiana en Uruguay este año y el próximo en Perú y en Colombia, de tal manera que podamos revivir la memoria y la pasión misionera de nuestros primeros hermanos. Al finalizar esta sesión se entregaron las papeletas del sondeo para elegir a la nueva junta directiva de CICLA.
En todo esto se nos fue el día, que se cerró con una Eucaristía centrada en el ardor misionero de los apóstoles y en la centralidad del amor en lo que hacemos.
