Del 16 de Marzo al 19 de Marzo – Triduo y solemnidad de San José, Compatrono de la Congregación

En el dí­a de san José somos invitados a centrar nuestra mirada en aquél a quien Dios «confió la custodia de sus tesoros más preciosos». De esta manera, siguiendo el ejemplo de san Antonio Marí­a Claret, invocamos con toda confianza su patrocinio y tenemos presente su humilde modo de servir y de colaborar en la economí­a de la salvación.

11-San_Jos_Y_El_Nio_Copia.jpgEn particular ponemos delante de nuestros ojos y de nuestro corazón misionero, los rasgos que lo engrandecen: Es el esposo de Marí­a, bueno y fiel. Es el creyente que se fí­a de la Palabra de Dios y la obedece con todas las consecuencias. Es el hombre justo que busca soluciones en situaciones delicadas y comprometidas. í‰l da nombre a Jesús y muestra cómo se cumplen las promesas de Dios a su pueblo. Es el protector de Marí­a y de Jesús en circunstancias de persecución. Finalmente, es el trabajador que muestra la grandeza del misterio en la vida ordinaria y en el esfuerzo.

Nuestro P. Fundador recibió una iluminación divina: «El dí­a 7 de mayo de 1865, a las tres y media de la tarde, el dí­a del Patrocinio de san José, me dijo Jesús que fuese muy devoto de san José, que acudiese a él con confianza» (Aut 831). Para nosotros sigue siendo válida esta confianza, que afecta a nuestra misión evangelizadora. Su patrocinio debe ser invocado como aliento en el renovado empeño de evangelización en el mundo y de nueva evangelización en aquellos paí­ses y naciones en los que la vida cristiana fue floreciente y que están ahora sometidos a dura prueba. Para llevar el primer anuncio de Cristo y para volver a llevarlo allí­ donde está descuidado u olvidado, la Iglesia tiene necesidad de un especial poder desde lo alto. Don ciertamente del Espí­ritu del Señor, no desligado de la intercesión y del ejemplo de san José. Que el esposo de Marí­a, padre en la tierra de Jesús, que habló elocuentemente con sus acciones, sencillo, silencioso y bueno, nos conceda a todos el servicio leal de colaborar en la misión y de continuar con entusiasmo la obra de la salvación a todos los pueblos.