Fallece claretiano, fundador de “Amnesty International” en España.

Barcelona. El día 15 de Abril, fallecía en esta ciudad el P. Manuel Casanoves, cmf. La noticia de su muerte ha sido recogida en varios medios, dado que él es considerado fundador del movimiento “Amnesty International” en España, institución que conoció estando destinado en Inglaterra.

La página http://www.es.amnesty.org/noticias dice de él: “…leyó el

artículo fundacional de AI, “The forgotten prisoners”, publicado en el periódico The Observer en 1961 por el abogado británico Peter Benenson, fundador de Amnistía Internacional, y se afilió muy pronto a la organización (…)

Así recordaba Manuel Casanoves los orígenes de la organización, en una de sus últimas entrevistas grabada en 2008 con motivo del 30 Aniversario de la organización en España: Nos reunimos unos pocos jóvenes por primera vez en Barcelona…, había periodistas…, después nos fuimos reuniendo periódicamente. Comenzamos a tomar parte asociativamente en campañas contra la tortura en Paraguay, en Uruguay, en China… Fuimos teniendo un poco de voz, pero sin estar legalizados todavía en España.

El 15 de julio de 1978 se celebró la primera Asamblea Constituyente de Amnistía Internacional en Barcelona, en la que Manuel Casanoves se convirtió en el primer presidente de la organización en España.

Aquel pequeño grupo de activistas que impulsó Casanoves se ha convertido, en algo más de treinta años, en una organización con más de 58.000 socios y socias, más de 1.800 activistas que participan en más de 100 grupos de voluntariado repartidos por toda la geografía española, y que moviliza a millones de personas para defender los derechos humanos en todo el mundo. Casanoves definía así a la organizaciónque contribuyó a fundar: Yo creo que Amnistía es la voz de la conciencia.”

También resulta interesante la nota aparecida en http://www.catalunyareligio.cat

Cuando haya fallecido un Misionero, celebremos sus exequias con devoción, con fraterna caridad y con sencillez. Encomendemos al Señor con los sufragios prescritos, especialmente en la celebración de la Eucaristía, a los hermanos que nos precedieron en el servicio del Evangelio.

Manifestemos idéntica piedad para con nuestros familiares y colaboradores de la Congregación fallecidos.

(Constituciones 19)