Desde Vic a diferentes rincones del mundo para formar en interculturalidad
España. Todo llega a su fin; hoy lunes 10 de noviembre es el último día de nuestro Taller: “Los desafíos de las comunidades formativas interculturales”. Por la mañana hemos trabajado el Documento final. Agradecimos a la Comisión de Redacción su esfuerzo por dejar a punto el mensaje que queremos transmitir a toda la Congregación; lo aprobamos por unanimidad. Coincidimos en reconocer que es una buena memoria de lo vivido en estos días y que es un buen punto de partida para continuar la reflexión de este tema tan importante para la actual hora de nuestra vida y misión.
Hemos evaluado el Taller y hemos coincidido en que no ha sido un curso o una reunión más, sino una experiencia en la que hemos realizado un camino de encuentro intercultural. El P. Paul Smyth, cmf, ha sido un buen facilitador y nos ha ayudado a tomar conciencia de toda la riqueza de nuestra experiencia de interculturalidad en estos años, a dialogar sobre la cultura con sinceridad y en profundidad, a superar prejuicios y estereotipos y a buscar mejores caminos para brindar una formación claretiana intercultural de calidad.
Al medio día celebramos la Eucaristía en la Cripta del Sepulcro de nuestro P. Fundador. A lo largo de toda esta semana su presencia cercana nos ha inspirado; hemos sentido muy viva su palabra que nos decía al oído: “mi espíritu es para todo el mundo”; palabras que nos han interpelado para que nuestro carisma se siga encarnando en toda cultura y para que nuestras comunidades vivan en interculturalidad fraterna y misionera. La Eucaristía fue una verdadera acción de gracias al Señor por todo lo vivido. También hemos dado gracias a la Congregación por esta oportunidad, a nuestros hermanos que nos han suplido en casa para poder venir, a los organizadores del Taller: P. Mathew Vattamattam, P. Jesús Palacios y P. Paul Smyth; a las Hermanas de la Institución Claretiana y a todos los trabajadores que nos han atendido muy bien en la Casa de espiritualidad de Vic. Terminamos con un almuerzo fraterno en el que había mucho que agradecer y celebrar.
En fin, hace una semana llegamos a Vic 15 Claretianos procedentes de distintos puntos del mundo; hemos conformado una auténtica comunidad intercultural y ahora nos toca partir desde la Casa donde todo se originó hacia los diferentes rincones a donde nuestra Congregación se ha extendido. Nos vamos con el corazón alegre y con una rica experiencia para mejorar nuestro servicio en las comunidades formativas interculturales en las que servimos a los futuros claretianos del mundo.
