Roma, Italia. Dieciocho obispos claretianos de distintas partes del mundo participaron en el primer encuentro de obispos claretianos, una reunión histórica que tuvo lugar en Roma del 26 al 28 de junio de 2025. Doce obispos estuvieron presentes físicamente, mientras que otros seis participaron enviando mensajes o conectándose en línea. Este evento fraterno marcó un hito en la vida de la Congregación, fomentando la unidad, la reflexión y un renovado compromiso misionero.
Los obispos, que sirven en diócesis de nueve países de África, América, Asia y Europa, expresaron su profundo agradecimiento por la oportunidad de compartir sus experiencias y fortalecer su identidad claretiana. El Superior General, P. Mathew Vattamattam, CMF, participó activamente en los tres días del encuentro, que tuvo lugar tras el Jubileo de los Obispos celebrado en Roma.
El programa incluyó momentos de oración, vida comunitaria y sesiones de trabajo. Los obispos reflexionaron sobre su vocación claretiana, su servicio como sucesores de los apóstoles en el espíritu de San Antonio María Claret y las realidades de sus respectivas iglesias locales. También participaron en la vigilia vocacional del Jubileo y oraron ante las tumbas del Papa Francisco y de los cardenales Larraona y Tabera.
Los PP. Efrén Limpo, CMF, y Pedro Belderrain, CMF, junto con miembros de la Curia General, acompañaron a los participantes durante todo el evento. Uno de los momentos más significativos fue la celebración de la Solemnidad del Corazón Inmaculado de María en la Basílica del Corazón de María en Roma, en la que participaron varios obispos claretianos.
Los mensajes enviados por otras ramas de la Familia Claretiana con reflexiones sobre el ministerio episcopal fueron acogidos con gratitud por los obispos, quienes se sintieron apoyados y profundamente unidos a la Congregación. Aunque sus responsabilidades pastorales son diferentes de las de otros misioneros claretianos, los obispos reafirmaron su fuerte sentido de pertenencia y su deseo de vivir su ministerio inspirados en la vida y el ejemplo de San Claret: enraizados en la Palabra de Dios, cercanos al pueblo, comprometidos preferencialmente con los pobres y defensores de la justicia y del cuidado de la casa común.
Animados por esta experiencia enriquecedora, los obispos propusieron al Gobierno General estudiar formas de dar continuidad a esta iniciativa en el futuro.
Fuente: Pedro Belderrain, CMF, Prefecto General de Apostolado.
