LA PASCUA DE MARIANO AVELLANA EN UN AÑO RELEVANTE

El recuerdo de la pascua de nuestro Venerable P. Mariano Avellana, este 14 de mayo, adquiere relevancia especial cuando en 2023 se cumplen 150 años de su llegada a Chile.

Al conmemorar 119 años desde que rindió su vida terrena quien fuera considerado el mayor misionero que el país conoció en su tiempo, este aniversario pascual cobra así por sobre su memoria habitual en los días 14 de cada mes un significado inseparable del Sesquicentenario de su arribo.

Casi 31 años separaron ambas fechas en la vida del Venerable, desde que puso pie en tierra chilena hasta que murió como los héroes: en la última de sus más de 700 misiones y prédicas a lo largo del país; su ofrenda de incansable evangelización y servicio preferente a los enfermos, los presos y los más abandonados.

Celebrar y cuestionarse como familia

En tanto la comunidad claretiana de San José del Sur prepara varios actos conmemorativos por el Sesquicentenario del arribo del Venerable a tierra americana, este nuevo aniversario de su pascua permite valorar en toda su dimensión el testimonio de vida que Mariano Avellana plantea para la familia claretiana en pleno. Hasta muy lejos del confín de América donde lo vivió sin medida, su ejemplo de “misionero hasta el fin” valida en plenitud ante la Iglesia el carisma de su fundador y padre congregacional, Antonio María Claret, cuestiona en especial a sus misioneros a lo ancho del mundo, y les alumbra un camino que Mariano abrió hace 150 años y no ha perdido vigencia para la evangelización del siglo XXI.

Porque vencer la natural tendencia a la comodidad y la molicie para salir con premura en busca del enfermo, del derrotado por el vicio y del abusado bajo el peso del egoísmo, la injusticia y el abandono, es hoy tanto o más exigente que cuando los primeros claretianos pisaron suelo americano, y entre ellos Mariano sintió que no podía descansar ante las lacras que la pobreza ostentaba a las puertas mismas de la primitiva comunidad. De tal forma entendió la exigencia de santificarse como misionero sobreponiéndose hasta al agotamiento de sus fuerzas y a los dolores que lo martirizaron en vida. Los desafíos de hoy han cambiado, por cierto, los rostros y las penurias, y en el mundo globalizado campean con diferentes ropajes los dramas que a Mariano lo impelieron a correr sin descanso a las “fronteras”, según el papa Francisco exige hoy a religiosos y laicos como necesidad urgente y primordial. Al celebrar su memoria en este 14 de mayo y proyectarla sobre los 150 años desde que Dios mismo llegó con él a bendecir esta tierra, es justo y necesario alegrarse en el Señor y agradecerle por haber suscitado en ella semejante apóstol. Pero lo es, sobre todo, asumir en el propio estilo de vida el testimonio misionero que el Venerable Mariano legó a la familia claretiana.

Tanto en las comunidades, como en los colegios, santuarios y obras pastorales de San José del Sur se realizarán conmemoraciones del Venerable, ya sea hoy, en fechas cercanas o a lo largo del año. Entre las que ya están en marcha, valga destacar un programa de seis breves capítulos de difusión en Youtube, que a contar de hoy ofrecerá los 14 de cada mes el párroco del Corazón de María de Antofagasta, Pepe Abarza. El primero es ubicable con el link

Mariano Avellana es patrimonio espiritual preciado de la Congregación y la familia claretiana toda. Por ello su figura será, de seguro, digno motivo para reflexionar a lo largo del año y en diversos lugares sobre la forma “heroica” que la Iglesia ha reconocido a su testimonio de autenticidad religiosa y misionera según el carisma de Claret.

Alfredo Barahona Zuleta, Vicepostulador, Causa del Venerable P. Mariano Avellana, cmf

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